En los Brazos de la Fe…

Por: Naury Y. Sánchez-Cintrón

 

“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta…”

Romanos 12:2

 

¿Qué hubiese ocurrido si Moisés no hubiera ido a Egipto a sacar el pueblo de Israel?  ¿Qué hubiese pasado si Abraham no sale de su tierra y su parentela a la tierra que Dios le prometió?  ¿Dónde estuviera el Rey David si no se hubiese enfrentado a Goliat?  ¿Qué hubiese pasado si Jeremías hubiera renunciado a su ministerio de profeta?  ¿Qué hubiera sido de nosotros si Jesucristo se hubiese negado a dejar su trono y hacerse hombre, para habitar entre nosotros y  morir en una cruz? ¿Qué hubiese pasado? ¿Qué?

 

Cuando miramos a cada uno de estos personajes de las escritura podemos ver que todos tienen unas cosas en común que vale la pena recalcar, la primera de ellas es que:

 

Todos se encontraban bien donde estaban:

 

Moises, aunque no estaba en el Palacio de Egipto como príncipe, se había   acostumbrado a su vida como pastor de oveja, esposo y padre.  El desierto se había convertido en su casa y sus aspiraciones mas altas eran las de suplir sustento a su familia.

 

Abraham, era un hombre acaudalado, conocido entre la ciudad, que gozaba de buen prestigio, nada le faltaba.

 

David, Un joven al cuidado de unas ovejas, disfrutando del campo, de su rebaño y de obedecer a su padre, a parte de ser musico, el hacia lo que le gustaba. 

 

Jeremías, Con una prominente carrera como Sacerdote, conocía el oficio, desde pequeño sabia las funciones, se sentía cómodo, estaba preparado para continuar con la tradición familiar.

 

Jesucristo, el Hijo de Dios, gozaba de toda la gloria y esplendor que puede ofrecer el Universo entero, su omnipotencia, omnipresencia, y omnisciencia …  que más se podía pedir. 

 

¿Qué fue lo que cambió el rumbo de sus vidas?

En muchas ocasiones contamos estas grandes historias de hombres que se lanzaron ha hacer grandes hazañas que hoy quedan grabadas en las paginas de la Biblia, pero poco nos preguntamos; ¿Qué los movió?, ¿Por qué  lo hicieron? ¿Qué había en su corazón?  Al mirar cada una de estas historias y ver porque todos tomaron un decisión radical me lleva a comprender que estos hombre sabían que el hacer la Voluntad Perfecta de Dios se anteponía a cualquier cosa que ellos hubiesen deseados.  Dios mismo se les había revelado y ellos habían comprendido que el momento de tomar decisiones firmes les había llegado.  Ahora bien, antes de llegar a la parte emotiva donde levantamos las manos y decimos: Señor, yo quiero hacer tu voluntad, vamos a ver que implicaciones tiene esta palabra que tanto mencionamos pero que poco comprendemos.

 

La palabra voluntad, proviene del griego “thelema”, lo que significa: 1) El propósito de Dios para bendecir a la humanidad, lo que Dios desea, anhela que nosotros hagamos, 2) La opción, la inclinación, el deseo o placer de…  Cuando leemos esta definición comprendemos que cuando hablamos de hacer la voluntad de Dios, es realizar lo que Dios sabe que tarde o temprano redundará en una bendición mucho mayor de lo que nosotros podemos comprender para nuestras vidas.  Pero si esto es así, ¿porque hay tanta gente que vive luchando con obedecer a Dios para hacer su voluntad? Es sencillo, esto requiere sacrificio.  Cuando leemos el pasaje de Romanos 12:2  el escritor comienza este capítulo con un ruego y una petición; no se amolden, o sea, no se acostumbre a este mundo.  No le ha pasado, que en ocasiones estamos tan ajorados con nuestro diario vivir, y con lo que realizamos constantemente que por momentos se nos olvida quienes somos y cual es nuestra posición como hijos de Dios?  Vivimos, nuestro día a día y nos olvidamos que Dios dijo: Y yo volveré por vosotros… ¿Y porque ocurre eso? Porque nos hemos acostumbrado a este mundo, hoy en día hemos dejado a Dios en un segundo plano, todo tiene mas importancia.  La familia, los amigos, el trabajo, mis metas, y deseos, y Dios, ¿Dónde queda?.

 

Imaginemos por unos instantes, y veamos cuales pudieron ser las respuestas de cada uno de estos hombre si hubiesen permitido que su mente se amoldara a este mundo, Moisés diría así:  Sabes Dios, yo estoy muy ocupado ayudando a mi suegro Jetro, tu sabes tengo que estar bien con el, además, Sefora no quiere dejar al viejo, y los niños están bien en la escuela y cambiarlos a mitad de semestre sería un error.  Pensándolo bien, búscate a otro.

 

Abraham hubiese dicho:  Bueno Dios, yo no tengo problema en ir, pero dime a que hora salgo, a donde llego, con quien hablo, cuanto me costará, Ah!!! Tienes algún folleto que me muestre la tierra prometida, ya tu sabes, tengo que saber si tiene piscina, mini golf y cancha de tennis.  Oye, y la transportación es gratis??? Porque si no tengo todos los datos, yo no voy para ningún lado, mejor búscate a otro.

 

Yo, pelear con ese Gigante, muchacho, buscate a otro, bastantes manduletes hay aquí, para que estén contando conmigo.  Yo David soy pastor de ovejas, ustedes son los guerreros y están toitos muertos del miedos … yo seré un pobre chiquillo, cuidador de oveja, pero tonto no soy.  Así que busquen a otra carnada porque yo, ni para allá voy a mirar. Y podríamos seguir imaginando pero el resto se los dejo a ustedes.  La verdad es que ninguno de estos hombres se aferro a este mundo, y a lo que de alguna manera u otra les proveía seguridad y estabilidad, si no hubo algo que transformó su manera de pensar, la palabra.  Dios habló y ellos escucharon, Dios hablo y ellos obedecieron.  La palabra de Dios transformó su  manera de pensar, su manera de ver las cosa, porque le creyeron a Dios y el creer implica tener fe.

 

La palabra fe es muy escuchada por nosotros los cristianos como por los no creyentes, como les llamamos.  Sabemos que FE, (pistis) en el griego, significa:  creer con una idea predominante de confianza y seguridad de que Dios es fiel.  ¿No les ha pasado que Dios ha prometido ciertas cosas para su vida, y en un principio lo creemos y aceptamos, pero de repente comienza a surgir la duda? Y en ocasiones eso nos puede hacer sentir culpables.  Pero si vemos en detalle esa definición nos damos cuenta de que pueden venir otro tipo de pensamientos, pero el que domina, el que tiene el control sobre todos los demás es aquel que nos dice: que no importa lo que suceda Dios es fiel a sus promesas, eso es creerle a Dios, es ahí cuando podemos descansar en los brazos de la fe, en los brazos de la confianza y seguridad que tengo en Dios, en aquel que es fiel.

 

Cuando alcanzamos ese grado de confianza, cuando comprendemos que Dios tiene cosas mayores de las que nosotros podemos imaginar y a pesar de la incertidumbre que en el camino podamos encontrar, nuestro corazón se regocijará sabiendo que está caminando en la perfecta voluntad de Dios, que es agradable y buena. 

 

El Final de la historia…

Retomando a nuestros amigos de la historia resumamos como terminaron cada una de sus vidas, una vez escucharon la voz de Dios, decidieron obedecer y se lanzarón en los brazos de la fe.  Comencemos con Moisés,  usted podría decir:  Moisés se lanzó a los brazos de la fe y terminó dirigiendo un pueblo testaduro y para colmo no entró a la tierra prometida.  Yo te puedo decir, Moisés descanso en los brazos de la fe y hablo con Dios Cara a Cara.  Si, me dirá usted:  pero Abraham se lanzo en los brazos de la fe y Lot se quedó con la mejor tierra, y tuvo muchísimos problemas con su esposa y su sierva.  Yo te digo: Abraham descanso en los brazos de la fe y su generación es tan grande, que no se puede contar.  Vamos de dos, dos, y posiblemente pensara que con este ejemplo se acabaron los argumentos.  David, un hombre que se lanzo a los brazos de la fe, y tuvo que hacerse el loco porque lo querían matar, Saúl no lo podía ver en pintura, sus hijo fueron malos y como si fuera poco hasta en pecado cayó.  Wow!!! esa si es fuerte, a ver como les contesto:  David, perseguido, con hijos rebeldes y un pecador (restaurado por el poder de Dios), que descanso en los brazos de la fe y es conocido como aquel que era conforme al corazón de Dios.   Jeremías fue librado de la muerte a pesar de las dificultades y persecuciones; y el Hijo de Dios, aunque tuvo que sufrir el dolor de la muerte mas violenta que alguien haya podido experimentar, descanso en los brazos de la fe y fue levantado de los muerto y sentado a la diestra del Padre. 

 

Ellos son solo algunos ejemplos que nos da la Biblia para que entendamos que Dios quiere que miremos mas allá, que no nos conformemos con lo que tenemos ahora, la conformidad trae estancamiento y nosotros hemos sido llamados a crecer.  Quieres comenzar una vida plena en Dios, quieres ir a otro nivel, entonces, permite que tu mente sea transformada por la palabra y esa palabra se encargará de mostrarte cual es la voluntad perfecta de Dios, para tu vida, la cual a su ves es buena y agradable.  Hoy te lanzo un reto, te atreves a aceptarlo, te atreves a DESCANSAR EN LOS BRAZOS DE LA FE.  ¿Te atreves?

 

“Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la conviccion de lo que no se ve”  Hebreos 11:1



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